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  • Elena Puigvert

Miguel Maestro, artista urbano: «Una vez que entra en el mercado, pierde la esencia y se prostituye»


Miguel Maestro Cerezo es diseñador gráfico y director de arte en un estudio. Nació en Burgos, donde tuvo sus inicios como artista urbano. Actualmente, podemos encontrar algunas de sus obras en Valencia. Hablamos sobre la situación que vive el arte urbano en la actualidad, pues para él «está en el punto de cambio» debido a una saturación.



-¿Cómo empezaste en este mundo?

Mi comienzo fue un poco accidental. En primero de la ESO es la primera vez que tuve contacto con un spray. Coincidí con que en mi clase había otro escritor de graffiti que era bastante popular, lo conocía del barrio, de haber visto sus pintadas. Además, también coincidió con los inicios de este movimiento en España, sobre los 90 o 2000. Me junté con un amigo de clase y nos fuimos a una nave, compramos unos botes e hicimos nuestra primera pintada, anterior a esto ya nos habíamos preparado unos bocetos. Ese afán de descubrimiento y esa adrenalina se juntó con lo mal que salió todo.


¿Qué entiendes como arte urbano?

El arte urbano lo veo como una especie de evolución de lo que es el graffiti, lo cual lo entiendo como un arte más salvaje, sin ataduras, donde empiezas haciendo firmas en cualquier soporte. Ese arte más salvaje lo llamaría graffiti y el producto del graffiti es el arte más controlado, con un fin más mediático y económico. Es el arte que se ha colado en las galerías.


¿Qué quieres expresar con tus dibujos?

El graffiti ha sido el medio de expresión del momento. Ahora mismo estoy enfocado en el diseño gráfico y estoy haciendo mensajes de vallas publicitarias, letras en volumen, y estos mensajes van enfocados a las personas, con un tono de voz relacionado con la libertad, con juegos de palabras, mensajes evocadores cortos en la línea pública.


¿Ha cambiado la manera de entenderlo?

El arte urbano es como el arte menos salvaje del graffiti, es la versión light. Creo que ha habido un proceso de educación de las personas y las ciudades. Lo veo súper normalizado, que la gente lo entiende, ha entrado en las galerías, en las casas y se ha convertido en un producto. Creo que pierde un poco de fuerza e intención porque entran personas a jugar en este ‘juego’ sin un fin más que el económico y sin meditar sus acciones de cara a la calle. Es algo un poco triste, pero es algo que pasa en todas las vertientes artísticas.


¿Qué hay de la relación entre pintadas y vandalismo?

Es algo que está muy diferenciado. La pintura mural (pintadas) tiene un fin decorativo y el vandalismo nunca va a desaparecer y siempre va a molestar a la sociedad. Eso es algo que tiene el graffiti, no se preocupa por pensar si está molestado a alguien o no, por eso muchos chicos y chicas que están empezando no tienen criterio de saber lo que respetan. Por otro lado, la pintura mural sí que se ha normalizado, por ejemplo la ciudad de Valencia tiene mucho arte urbano y la gente de Valencia al principio lo podía ver con rechazo, pero ahora se ha creado una subcultura que incluso ha llevado a las rutas turísticas de graffitis.


¿Se le da suficiente visibilidad?

Actualmente tiene mucha visibilidad, demasiada, incluso. En los últimos tres años, el arte urbano está obteniendo cada día más visibilidad y, de hecho, en esos años, el público general y la instituciones están valorando más este tipo de manifestaciones artísticas y sociales. Gracias a su componente artística muchos ayuntamientos están apoyando a los diferentes artistas organizando eventos en los que pueden pintar. De esta forma, el arte urbano ha obtenido mucha más visibilidad.


¿El arte urbano está vinculado a causas sociales y reivindicaciones?

Como cualquier tipo de arte, debería estar ligado a cualquier reivindicación o causa social, pero también puede ser una imagen bella dentro de un contexto de la ciudad sin necesidad de que aporte o diga nada, sino que el espectador le pone un título y habla sobre ello. Eso es muy interesante, cómo la gente hace suyo este arte, ya que está en la calle, y consiguen reinterpretarlo y dar su punto de vista, y a su vez se lo apropian por estar en la calle y le dan un valor añadido que no tenía antes.


¿Cómo ves el futuro de esta vertiente artística?

Creo que estamos en el punto de cambio. La ciudad ya está saturada, al principio se saturó del graffiti y ahora se están saturando de artistas urbanos, porque están al alcance de todos. Se empiezan a ver códigos muy similares, lo que ya ocurrió con los graffitis. La gente está cansada de 'artistas plásticos baratos'. Creo que hay bastante banalidad porque está al alcance de todos e Internet ha propiciado esta democratización. Se genera un mercado y una vez que entra el mercado, pierde la esencia y se prostituye.


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